lunes, 10 de enero de 2011

Deslealtad institucional

Una muestra más de sectarismo es la que ha demostrado recientemente la alcaldesa, Isabel Bonig, en un artículo publicado en el especial fin de año de El Periódico Mediterráneo. La alcaldesa habla de un antes y un después de 2010, y, sin argumentos que justifiquen los recortes sociales en los presupuestos para este año, habla del centro social de la Colonia Segarra como la que culmina la red de este tipo de instalaciones en la ciudad.
A Isabel Bonig, sin embargo, se le olvida mencionar que el centro social de la Colonia Segarra es posible gracias a las aportaciones del segundo plan de inversión local, puesto que, sin él, el edificio estaría, aún en la actualidad, como está, por ejemplo, el hospital. Indefinido. Un total de 514.300 euros que han sido otorgados por el gobierno del PSOE para que la Colonia Segarra pueda contar con este servicio tan demandado.
Y es una falta de respeto y una falta de valor institucional obviar que ha sido el Estado el que ha correspondido a la ciudad con más de 80 millones de las antiguas pesetas cuando no se le hace la boca pequeña en argumentar que el 1,5 millones para la remodelación de Zeneta vienen de la Generalitat Valenciana o los 15.000 euros para el aula de estimulación sensorial de la Clínica Segarra proceden de la diputación de Castelló.
Isabel Bonig nos enseña, una vez más, su carácter manipulador y propagandístico. El 1,5 millones de euros de Zeneta provienen, más ciertamente, de una subvención del ministerio de Economía y Hacienda que se hace efectiva a través del gobierno autonómico.
La alcaldesa va aún más lejos en su artículo al asegurar que "los ayuntamientos tienen poco margen de maniobra en la generación de empleo". Debería caérsele la cara de vergüenza y asumir que otros ayuntamientos, como el de Onda, son capaces de reducir los niveles de paro mes a mes; que otros consistorios, como el que acabo de citar o el de Almenara, son capaces de apretarse el cinturón y dedicar buena parte de sus presupuestos en crear trabajo, en dar jornales a sus vecinos parados.
En Onda, se han presupuestado 2,2 millones de euros destinados a gasto social. En la Vall d'Uixó, la partida se ha reducido de forma importante respecto el año pasado y, cada vez, es menor la ayuda que se ofrece a los más necesitados. Eso, Isabel Bonig, se llama voluntad. Una voluntad de la que usted carece.

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