martes, 23 de noviembre de 2010

Incumplir es sinónimo de mentir

Una alcaldesa que se compromete en ejecutar actuaciones en tres meses para no cumplirlas es una mentirosa. Una alcaldesa que no exige lo que su ciudad necesita ejerce dejación de funciones. Una alcaldesa que en vez de sugerir impone, todos sabemos cómo calificarla. ¿Cómo ha actuado Isabel Bonig en cuanto a las necesidades educativas del municipio? Podríamos decir que mintiendo, obviando y dictando.

Mintiendo porque a falta de seis meses de un nuevo proceso electoral, no ha cumplido ninguna de sus promesas en cuanto a recursos o servicios, y muestra de ello es que, en vez de trabajar por aumentar la oferta de plazas, está menguando la calidad de la enseñanza con recortes. Ejemplo de ello, lo hemos visto en los colegios San Vicente, Eleuterio Pérez y Recaredo Centelles, donde se han tenido que habilitar nuevas aulas para niños de 3 años porque la demanda se excede. ¿Dónde está el nuevo colegio en el área 6 o la nueva escuela infantil en el Carmaday? No los vemos por ningún sitio. Ni siquiera, plasmados en el papel de cualquier borrador guardado en el cajón.

Por supuesto, el Centro Integrado de Formación Profesional prometido por el conseller Alejandro Font de Mora es, a día de hoy, una falacia más que se sitúa al mismo nivel que el cuarto instituto o el Centro de Formación de Personas Adultas.

No exige porque a ella, lo que realmente le gustaría, es contar con un centro educativo privado cuando la Vall d'Uixó es un referente en la educación pública de calidad. Bien cierto es que fue el equipo de Josep Tur el que logró los terrenos para la ampliación del Rosario Pérez, en el Carbonaire, y desde que comenzó el mandato de Bonig no ha habido más que mala planificación y una nula previsión a pesar del crecimiento poblacional, con dificultades latentes en cuanto a la escolarización de nuevos alumnos.

Ahora, viene el conseller de Eduación, Alejandro Font de Mora, y nos vende que en unos meses comenzará la ampliación. Y lo dice con una indefinición absoluta, dejando a los padres con la misma incerteza que tenían antes de su visita, por cierto, ¿prevista o manipulada para acallar ciertas voces críticas?

En este sentido, también habría que dirigirse a los padres de alumnos de la Cova o el Honori García. La Cova fue demolida en 2007 por aluminosis y, tres años después, todavía se están ejecutando las obras. El Honori García, aquejado de la misma enfermedad, espera seis meses después su demolición. Mientras, tanto escolares de uno como de otro centro, toman sus clases en fríos barracones.

Y todo pensado con una actitud dictatorial y dibujado con formas electoralistas y partidistas.

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